La emergente industria porno misogina en Perù


La industria porno esta formando una distopia misogina en sus webs, acà un ejemplo de una productora europea y sus 2037 «modelos».

Imagínese ingresando a una especie de supermercado donde podrá navegar por cientos de cuerpos de seres humanos, escoger el de su gusto con el fin de ver un encuentro o experiencia sexual. Es una distopia patriarcal misògina que en la actualidad se está materializado!

Estos sueños turbios de una megacosificaciòn de las mujeres es el legado del auge de la pornografia y la supuesta «libertad» sexual que el capitalismo nos vende. Un capitalismo que esta en continua transformaciòn; lo prueba asì el fenòmeno extraño del encierro a consecuencia de la pandemia del covid-19, que trajò un aumento del consumo de pornografía en internet (la legal como la ilegal).

Las redes sociales nunca se hacen cargo del contenido repulsivo que albergan, al contrario lo protegen. Al final es puro Tecnofeudalismo y libremercado.

 

La enfermedad, el encierro y la hipocresía del capitalismo, no ha afectado al sector comercial de explotación sexual legal (osea la pornografía). Al contrario la industria porno ha aumentado su recaudación, y ha diversificado su accionar en internet (sexcam, webs, pornografía amateur, transacciones con pequeñas productoras, publicidad y proxenetismo, etc.). El caso ilustrativo es el de Onlyfans, plataforma que ha cambiado totalmente para ser una web pornografica. Con este boom de esta industria también hay repercusion en el sur global, donde la explotación sexual es permanente ( esclavitud y feminicidios) y que ahora se ve con un auge de la pornografía amateur estimulado por las webs mas importantes de la industra misògina. Estamos presenciando la legalización de la explotación sexual.

La prensa mas mediatica haciendo publireportaje a onlyfans.

Una simple pequisa en ese repugnante mundo nos da luces de como se está desarrollando en nuestra región dicha actividad económica «legal». Plataformas como Pornhub, Xvideos (webs denunciadas anteriormente por trata de persona y por pedofilia). Monetizaban todos aquellos videos porno virales en sus webs, sin embargo tras los escándalos relacionados a videos ilegales, estás webs ha cambiado su formato e inspirados en las plataformas de videos convencionales (Youtube por ejemplo) y plataformas de pago (cómo Patreon o sexcams). Ahora monetizan producciones amateur así como establecen servicios vips de paga mensual (a lo Netflix o Amazon prime). Está táctica asì como su diversificaciòn (entre sexcams, juguete sexuales, etc.), en conjunto al spam o publicidad invasiva en internet, han generado que aparezcan productoras amateurs por todas partes del planeta. Y es a traves de el impulsò de estas nuevas «productoras» que venden el modelo del emprendedor pornografo asi como una especie de libertad de venta de la sexualidad (como buenos capìtalistas apelan al libremercado, no interesandosè sobre que hacen aquellas nuevas producciones amateurs para alimentar sus portales).

La cuestión de la supuesta «libertad sexual» que vende la pornografia es muy problemática. Para entenderla debemos remitirnos a los cambios en las representaciones de la sexualidad del siglo pasado. La revolución sexual de los 60s y 70s impulsaron una idea de sexualidad que buscaba romper con las ideas conservadoras sobre el sexo y la sexualidad (la cuales estaban asociadas a la religiòn, el matrimonio y la monogamia). Sin embargo, está idea de liberación fue fagocitada por el capitalismo tardío y fue generando una mercantilización de los cuerpos. A pesar de eso, se sabe que la pornografía legal no es el elemento único de los problemas actuales al cual nos somete el patriarcado.

Así como los videojuego, que fueron criticados por los conservadores a inicios de este siglo (tildandolos de ser provocadores de tiroteos), la pornografia es sumamente ambigua. Con ambigua nos referimos a qué es una variable dentro de otras que disparan un comportamiento misogino en nuestras sociedades. Es decir, mientras que la defensa de esta actividad es asociada con el supuesto «empoderamiento sexual» también hay casos de abusos, de desigualdad en sueldos, narrativas misoginas, paraísos fiscales y fascismo.

Por nuestra parte, reinvidicamos una libertad sexual en un mundo libertario es decir no creemos en la farsa del empoderamiento sexual de la pornografia asì cómo tampoco de las ideas cucufatas del neoconservadurismo y las terfas-radfem. Es decir, mientras no existe una liberación de la mujer toda actividad que se promociona cómo «empoderamiento» es simplemente una estafa y peor si está circunscrito en el capitalismo tardío (cómo la pornografia). Sabemos que existe una llamada «pornografia feminista», que busca resemantizar a la pornografia convencional, pero que no significa absolutamente nada frente a la maquinaria pornografica del PATRIARCADO (mas bien aquellas involucradas en esa actividad deberìan hacer su balance sobre su repercusiòn en la industria)

Veamos un ejemplo, desde el surgimiento de la pornografia se ha buscado la «provocación» con el fin de vender. Es decir el ingreso de actos sexuales no convencionales en su momento generaron un escándalo (piensese en el sexo anal, el lesbianismo, los tríos, el porno gay ,etc.). Mucho de ellos generaron comentarios de los conservadores, el clásico: «Sodoma y Gomorra». En la actualidad, bajo ese mismo espíritu, la industria pornográfica está rozando situaciones no provocadoras sino censurable. (desde la apología a las parafilias, a la venta de abusos o primeras «escenas debut» que muestran a las personas degradadas y abusadas).

Y como están circunscritos en el puro capitalismo, no hay quien las «vigilé o regule» (a los estados ni les interesa). Existe grandes casos donde estados han sancionado a la industria pornografica sin embargo esto no ha mermado su radio de influencia (desde la catalogación de +18, el bloqueo por países, las sanciones económicas, etc.). Ya que la regulación la hace el «libremercado», un mercado patriarcal que sostiene una misoginia que hace tolerante el contenido más repulsivo de esta industria. Existen también países que ignoran las denuncias graves a esta industria debido a que impulsa un «mercado» importante para sus naciones (vease Checoslovaquia).

En el caso peruano, la industria porno antes del covid 19 era casi nula. Sin embargo, con el boom de la pornografia en el encierro y gracias al financiamiento que hacen las webs de los «emergentes» productores, se ha multiplicado la cantidad de gente involucrada en esta actividad todxs ellxs representantes del «empoderamiento sexual» al modo Onlyfans. Está última plataforma en Perú ha generado una espectativas en diferentes mujeres de la farandula, las cuales tuvieron la suerte de ser promocionadas en tv nacional por la «defensora» de las mujeres Magaly Medina (una mujer alienada, clasista, racista y misogina). Rebotado en la prensa amarillista (casi la totalidad de la prensa nacional), asì onlyfans se ha posicionado en esta región.

Sin embargo, hay un fenómeno que parece marginal pero que está teniendo gran repercusion en el mundito misogino pornografico, esas son las productoras amateurs que explotan sexualmente a mujeres en este territorio y destruyen su dignidad en internet. Y con una suerte diferente a la de su mellizo misogino, los tiktokers «puteros» (confrontados por los proxenetas, ha mermado su actividad). Los nuevos emprendedores de la explotaciòn sexual se han valido de plataformas extranjeras para legitimar sus acciones como «legales», y han evadido cualquier obstrucciòn burocratica, policial,etc.

Entre sus crìmenes esta captar a mujeres en estado de vulnerabilidad (desde peruanas hasta migrantes, desde jòvenes a señoras, etc.). Mujeres siendo abusadas de diferentes formas (ya sea engañandoles diciendo que la producción es para el extranjero, pagandoles una miseria, sometiendolas a actos violentos y repulsivo, exponiendo sus identidades, exponiendolas a enfermedades, atentando contra su salud sexual-reproductiva [nos referimos al sexo sin preservativo] y hasta enganchandolas con una actividad precarizada y violenta como la pornografia) ademàs usan diferentes redes sociales para amplificar su actividad misogina (Telegram es la principal herramienta junto a Google, ambas empresas ni les interesa monitorear los contenidos en sus webs… vean las denuncias de red de trata de personas y pedofilia que acusan de indiferencia a ambas empresas).

Siguiendo el ejemplo de los misoginos de la industria, ahora los emprendedores de la explotaciòn sexual trata de copiar el formato de europa en sus webs.

Vemos que dichas actitudes se celebran desde blogs, telegram, tiktok, y demás plataformas. Un morbo misogino amparado por el libremercado de Internet (ni que decir de la prensa amarillista que rebota a la despreciable industria con el fin de obtener clicks). Tambien lo celebra los magnates de la industria porno que ingresan al campo del tecnofeudalismo y ven como sus subditos les generan riquezas con la explotaciòn sexual en el denominado «tercer mundo».

 

Para finalizar queremos aclarar lo siguiente: no confundan nuestras expresiones con las ideas neoconservaduras religiosas. Si bien hay una mercantilización de la sexualidad y los cuerpos, no creemos que el modelo religioso hipócrita sea la respuesta a la salida a este panorama actual. Solo la liberación de la mujer, que va de la mano de la liberación total generarà las condiciones para el establecimiento de unas sexualidades libres. Por el momento resistimos defendiendo los avances de nuestras libertades sexuales, desaprendiendo lo misogino que nos heredaron las generaciones pasadas,confrontando las actitudes patriarcales en la comunidad o en los espacios anarquistas, etc. todo enfocadosè a derrocar al poder patriarcal para establecer nuevas formas de relaciones sociales.

Viva el autoconocimiento, el autocuidado en la salud sexual y el placer!

Salud y anarquía!