Algunas relaciones entre Estado Fascismo Nacionalismo y Militarismo


Hemos escogido 2 pasajes de una revista (El Jardín de las Peculiaridades) para aclarar un poco el panorama, además de 2 artículos uno histporico y uno actual para reforzar el entendimiento.


Un pasaje de esa revista que habla algo sobre la Ideología, ya que es a través de ella, que se logra introducir esas ideas opresivas y asimilarlas.

La ideología se cristaliza como un mapa en la memoria. Se legitima propagando la falsa idea de que el mundo en que se vive es el mejor de los mundos posibles, o el sistema que mejor funciona, sin importar sus falencias. Por eso, no es extraño escuchar decir que el socialismo es mejor que el capitalismo, el libre mercado mejor que el estado proletario, la democracia mejor que el fascismo, la dictadura militar mejor que el comunismo, la república mejor que la monarquía, el feudo mejor que la esclavitud, la ciudad mejor que el campo, etcétera. Cualesquiera sean los argumentos que se esgriman, todos caen en última instancia en el disparate, porque tienden a justificar la represión en aras de un supuesto orden necesario. De este modo, la ideología demoniza a sus opositores como partisanos del -también supuesto y construido- caos, alabando la
mesura y fomentando la resignación. Así, la ideología paralogiza y engatusa a los incautos para que acepten todo el mal como algo inevitable, ya sea con un dejo de fatalidad u orgullo, pero siempre con renuncia y sacrificio.

Por lo mismo, no es raro oír decir que los cambios son imposibles, o que ya no hay ideales por qué luchar ni esperanzas qué abrazar. La ideología planifica la desesperación colectiva: Aliena. Derrota.
Es tanto o más recalcitrante que un dogma, porque su finalidad no es otra que perpetuarse. Para ello despliega todo el abanico de instrumentos que tiene a su alcance: el genocidio, el ecocidio, las elecciones, o simplemente el miedo, que fija la imaginación, o la borra.

Un pasaje de esa revista que habla sobre El Estado, Fascismo y Nacionalismo

El Estado existe porque se territorializa. Esto es, se materializa mediante su expansión colonizadora territorial. Dicha expansión se lleva a cabo a través de la desterritorialización forzada de los habitantes originarios de las tierras, que el Estado se ha ido apropiando. Toda apropiación implica movilizar la fuerza militar que el Estado pueda ejercer, a fin de ampliar o mantener su dominio. Esto ha significado guerras y genocidios.

El Estado también tiene sus expertos que escriben la historia. Así, tergiversan los hechos, justifican sus atrocidades y obligan a las nuevas generaciones a repetir en letanías sin sentido la narrativa oficial que escriben los expertos.
La educación, por tanto, no es sino la institucionalización de los campos de adiestramiento y domesticación donde los niños y los jóvenes perpetúan el sistema dominante. Allí acceden al orden simbólico y comienzan su proceso de cosificación.

En estos campos -o escuelas de adoctrinamiento social- se reproduce la ideología que legitima al sistema. Los nuevos miembros de la sociedad internalizan la falsa conciencia que bombea como un pulmón artificial, a fin de que todos repitan con más o menos eficacia el mismo discurso. Su idea es que todos digan, sueñen y piensen que éste es el mejor de los mundos posibles. Y que si tiene fallas, no importa porque es mejorable. Pensar lo contrario, es militar en las filas del anarquismo, caer
en la locura o llamar a la insurrección. La estandarización, a decir de Adorno, obliga al sujeto a elegir entre la mercantilización o la esquizofrenia.

No hay salida fuera de este molde binario. En esta sociedad preferir el jardín al cemento es visto con desconfianza. Y dependiendo de quién ocupe el poder de turno, esa preferencia puede costar la vida.

Cuando el sistema cruje y los borregos se desprenden del rebaño, surgen con eficiencia criminal las cárceles, los golpes de Estado, los allanamientos, las bombas lacrimógenas, las fuerzas represivas, la guerra, etcétera. Mientras eso ocurre, el Estado refuerza la propaganda radial, televisiva y periodística. Así se materializa en la mente de los individuos. Los Estados nacionales congregan hoy en día sus aparatos represivos -policíacos y militares- para proteger a las compañías transnacionales que expanden un modo de vida de estandarización basado en la reducción humana a unidades económicas de producción y consumo. Con esto se produce un nuevo tipo de territorialización y esclavitud laboral.

La tecnología y los bienes que un grupo minoritario de la población mundial usufructua, son manufacturados en galpones fabriles que operan con la lógica de la explotación. Las escuelas y las fábricas son centros de control que imponen los Estados. Para abolir el Estado hay que abolir las fábricas y las escuelas. El autoritarismo que el orden civilizador reproduce en estas instituciones es el responsable de los exterminios étnicos, de los genocidios políticos y de la explotación social. Para construir un mundo sin jerarquías, ni cárceles, ni propaganda, ni golpes militares, hay que barrer el Estado. Y depende de nosotros borrarlo de la faz de la tierra…

Para desterritorializar al Estado hay que oponerse al militarismo y a su base ideológica: la idea de estado-nación. Si fuera posible suprimir lo imaginario de las comunidades imaginadas, existentes en los diversos proyectos de construcción nacional, la comunidad devendría en un grupo real de personas con rostros y nombres identificables. Su interacción diaria sería a escala humana y la comunidad sería verdadera. Así se desterritorializa al Estado.

A la idea de estado-nación se le liga la noción de raza: fundamento de la xenofobia y del racismo. El Estado nunca ha dejado de ser un instrumento clasista y racista de control y opresión. Su territorialización ocurre mediante el movimiento de tropas y el despliegue militar. Para desmaterializar al Estado hay que desmantelar el militarismo y el armamentismo. El Estado opera como si fuese un gran galpón nacional, que invierte en terrenos de ensayo bélico: las guerras. Con la desmaterialización del Estado se desterritorializa la nación y las fronteras limítrofes pierden realidad, deviniendo lo que son: límites artificiales construidos por los predicadores de todo tipo de nacionalismos y regionalismos, responsables de los vínculos políticos impuestos por el Estado a los sujetos.

 

El nacionalismo persigue subyugar a la gente bajo las prácticas sedentarias derivadas tanto del control urbano como de la economía territorial agropecuaria. El efecto de esas prácticas es la domiciliación, que trae aparejada la acción domesticadora del Estado. No obstante, cuando el dispositivo que promueve el concepto de territorio nacional se disuelve, uno de los mecanismos de la estandarización también deja de funcionar…

El fascismo es fomentado por el nacionalismo: sentimiento de propiedad nacional que exacerban las clases poseedoras y adineradas. Ese sentimiento es transferido a los desposeídos y pobres de la ciudad por medio de los mecanismos de propaganda y adoctrinamiento cívico, oficial y nacional. Algunas personas, por ejemplo, repiten discursos -que publicitan la ideología- en la primera persona plural. Se conjuga el verbo en la forma del nosotros, promoviendo el control idiomático y reforzando las identificaciones entre patria, bandera, gobierno y gente. Decir por ejemplo: tenemos un parque, una cordillera, un buen equipo o una economía “estable , implica un grado lingüístico de aceptación de cierta identidad” colectiva nacional asignada y/o impuesta. Éste es el nosotros de la realeza, adaptado a los tiempos modernos para hacer pensar a la gente que el gobierno y sus instituciones financieras representan al individuo común.

La gente habla de las acciones del gobierno como si hubiese tenido alguna participación en la decisiones gubernamentales o en la represión militar. Ésta es la alienación nacionalista que facilita la aparición del fascismo.

El adoctrinamiento se reproduce a través de las escuelas, el deporte, los valores tradicionales, las reglas, las narrativas oficiales y los medios de control. La propaganda se aviva a través de las pantallas lumínicas (p.e. la televisión, el cine, la informática, etc.), los medios impresos, la radio, la educación, etcétera.

El fascismo se cristaliza en la noción de nación. Por ello, toda identidad comunitaria asignada y/o impuesta tiende a reforzar dichas nociones: nacionalidad, regionalismos, idioma, rol social, colegiaturas, creencias religiosas, clanes familiares, hermandades, relaciones de trabajo, oficio o profesión, etcétera.

La comunidad real no transita por el sendero de estas aplicaciones identitarias.
La comunidad real tiene que ver con el compañerismo y la amistad. Y no es difícil imaginarla. La constituyen todos aquellos familiares, amigos y amigas que vemos a diario y con quienes preferimos relacionarnos y disfrutar cada día. Allí se vivencia la solidaridad cotidiana y se le niega presencia al Estado. Allí hay reconocimiento mutuo y respeto a ultranza. Allí también se desterritorializan las fronteras y se arrían con bravura las torpes banderas de la xenofobia.

-Si te interesa indagar más, o leer la revista completa, este es su enlace :

https ://www.resistenciavegana.es/descargas/Libros/El%20Jardin%20de%20las%20peculiaridades/EL%20JARD_N%20DE%20LAS%20PECULIARIDADES.pdf


El Primer Militarismo en el Perú

Aunque se trata de un trabajo estudiantil, no desmerece la facilidad para entender algo del tema, y es también un empujón a conocer esta historia militarista de esta región. Abajo su enlace:

https ://es.slideshare.net/dmbo/el-primer-militarismo-en-el-per-52235297/15

El militarismo israelí en América Latina (extractos)

Desde Contrahegemonía presentamos a lxs lectores extractos del libro “El militarismo israelí en América Latina”, del Movimiento BDS América Latina. Sobre la base de que para combatir la barbarie militarista es necesario conocerla y comprenderla en profundidad, creemos que este libro constituye una herramienta eficaz y necesaria, no sólo para quienes apoyamos la causa palestina, sino para todxs quienes enfrentamos el militarismo y el control social que se expanden en América Latina. El genocidio en Palestina y la brutal represión en Colombia -en gran parte con armas y capacitación israelíes además de la de los Estados Unidos- realzan su necesidad.

El siguiente informe describe la situación de la industria bélica israelí en varios países de América Latina, detallando el comercio de armas con los distintos gobiernos latinoamericanos y el sector privado y estatal israelí. Hay una doble intención en la realización de este informe: por una parte, responder al interés de varias personas en este continente para comprender el impacto del militarismo israelí en sus países y la consecuencia que puede tener para el ejercicio de libertades sociales; por la otra, reivindicar el llamado al Embargo Militar hecho por el Comité Nacional Palestino de la campaña Boicot, Desinversiones y Sanciones a Israel. El resultado del informe es parte del esfuerzo conjunto por unir luchas en contra del militarismo y el Apartheid israelí.

El movimiento internacional del BDS sigue el llamado de la sociedad civil palestina a tomar acciones concretas en favor de los derechos humanos de la población palestina. El movimiento impulsa el boicot, la desinversión y las sanciones (BDS) contra el Estado de Israel, las empresas israelíes y las transnacionales que apoyan los crímenes cometidos contra el pueblo palestino.

Hoy en día Estados como Israel – y ese es uno de los temas que trataremos desarrollar a lo largo del documento – han construido su doctrina militar no solo desde el uso de fuerzas militares de carácter nacional, sino integrando la ciberseguridad y los mecanismos de control de población, garantizados con tecnología física y digital. En la medida que este país ha transformado su industria de guerra y colonialismo hacia una fuente de ingresos, el militarismo que exportan implica todos los campos de su maquinaria militar pública y privada.

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Tácticas de terror y miedo, utilizadas por el ejército y la policía de Israel, como formas de controlar a la población palestina terminan siendo parte de la industria militar que vende entrenamientos, intercambios policiales y demás. Al final no solo son herramientas las que se transfieren sino también ideología: la que entiende la violación de los derechos humanos como un arma legítima.

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La venta de bienes y servicios para los cuerpos armados representa la parte tradicional del militarismo que se nutre de los nacionalismos, mientras que las ofertas para la seguridad privada, anidan su necesidad en la creciente privatización de la seguridad de la sociedad. Ambos casos se nutren de un modelo de militarismo público-privado, con consecuencias para la libertad individual y colectiva, como se presenta en las conclusiones de este texto.

Elbit Systems:

Suministra y mantiene sistemas de vigilancia para el muro y las colonias ilegales de Israel. Los drones Elbit han sido ampliamente utilizados y probados en campo durante cada uno de los tres ataques recientes de Israel contra Gaza. En el 2014 uno de estos mató a 4 niños en la plata de Shajaiya en Gaza. Produce munición de fósforo blanco para morteros. La utilización ilegal de este agente por parte de Israel, en zonas civiles de Gaza densamente pobladas, fue condenada por Amnistía Internacional como un crimen de guerra. Tiene un contrato de 20 años para proporcionar helicópteros a la policía israelí. Suministra y mantiene sistemas informáticos para el sistema de control fronterizo israelí.

Industrias aeroespaciales israelíes (IAI)

Proporciona tecnología de vigilancia para el muro ilegal de Israel. Produce la armadura de la excavadora Caterpillar D9, utilizada en gran parte para demolición de casas y granjas palestinas. Produce tecnología para aviones de combate y el Heron TP, el avión no tripulado más grande de Israel que incluye capacidad de ataque y fue utilizado repetidamente en los ataques contra Gaza.

Industrias Militares Israelíes (IMI)

Hasta hace poco empresa estatal, adquirida por Elbit en junio del 2018. Es un importante proveedor de armas terrestres, aéreas y navales y sistemas de combate para las fuerzas militares israelíes y otras fuerzas militares en todo el mundo. El principal proveedor de armas pequeñas para el ejército de ocupación israelí y productor de municiones de racimo.

Rafael

Otra compañía israelí propiedad del Estado; proporciona una variedad de armas al ejército israelí y para la exportación. Fabrica el sistema de misiles Spike, entre muchas otras armas y tecnologías.

Sistemas internacionales de seguridad y defensa (ISDS)

Realizó un contrato con el Comité Olímpico Internacional durante los Juegos Olímpicos de 2016 para mostrar su tecnología y blanquear su imagen. Ampliamente acusada de haber entrenado escuadrones de la muerte en Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua y denunciada de haberse involucrado en los golpes de Estado e intentos de golpes en Honduras y Venezuela. Fundado por antiguos agentes del Mossad y profundamente relacionado con los intereses internacionales y las operaciones extraoficiales del Ministerio de Defensa israelí.

El posicionamiento del militarismo israelí en el mundo

Las armas israelíes, también lo menciona la corporación armamentista SIBAT (The International Defense Cooperation) dependiente del Ministerio de Defensa de Israel, son “probadas en campo”. Esta expresión corporativa, empresarial y deshumanizante es la forma de publicitar las armas utilizadas para masacrar al pueblo palestino, mantener la ocupación más prolongada del siglo XX, de un nacionalismo del siglo XIX, en el siglo XXI, mediante un régimen de apartheid.

Según Jeff Halper Israel explota su ‘experticia’ adquirida en la guerra global contra el terrorismo, iniciada a partir del 11/9/2001, presentándose como el principal referente de las fuerzas de seguridad de todo el mundo. Sin embargo las técnicas de ocupación militar israelíes, desplegadas en Cisjordania en 1967 y en las guerras contra el Líbano en los setentas y ochentas, fueron comercializadas a nivel global y importadas por regímenes militares en África y América Latina. Mucho antes que iniciara el crecimiento exponencial de sus ventas de armas en el 2001, ya los dictadores en el mundo usaron no solo los conocimientos sino también las armas israelíes para oprimir a sus disidentes. A partir del 2001, lo que hasta ese momento se había visto solo relegado a dictadores, empezó a presentarse como legítimo de usar contra ciudadanos dentro de países democráticos. Por ello, actualmente Israel mantiene relaciones militares oficiales con al menos 130 países.

En América Latina, las excusas principales de estas relaciones actualmente son la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado; sin embargo, empieza a ser usual justificar las tecnologías de vigilancia de aeropuertos, fronteras, identificación y control de población, etc. como razones para dicha diplomacia. En esta etapa capitalista de acumulación por despojo, donde hay territorios saqueados y desechables, y poblaciones sobrantes que emigran huyendo de la devastación, las élites necesitan controlar a esas poblaciones, frenarlas en las fronteras, así como salvaguardar sus privilegios. Es allí donde Israel ofrece toda su experiencia en el control y represión de varios millones de personas durante siete décadas, dentro y fuera de sus fronteras.

Con el pretexto de la amenaza terrorista, Israel también está expandiendo la guerra segurocrática a través de su floreciente industria de “pacificación global”, asesorando a policías, fuerzas armadas y agencias de inteligencia y seguridad nacional en todo el mundo. Y ese papel influyente le da un rédito no sólo económico sino también político y diplomático (se traduce en votos favorables en la ONU). Es una superpotencia armamentística (desde 2007, país más militarizado del mundo, según el Índice Global de Militarización). Y también es una superpotencia cibernética: vende una décima parte de la tecnología de seguridad informática y de redes en el mundo). La securitización supone que se borran las fronteras entre fuerzas militares y policiales, entre inteligencia interna y externa. Es la dominación de espectro completo, que articula fuerzas armadas, seguridad interna, vigilancia, inteligencia y legislación.

En los últimos años Israel ha llegado a ser el octavo mayor vendedor de armas del mundo. Sin embargo, cuando se compara entre la población y su PBI, este ocupa el primero y segundo lugar respectivamente.

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Balance general de las relaciones comerciales entre Israel y América Latina

En la región de Latinoamérica, en función del déficit y el intercambio comercial con Israel se advierte la primarización económica, es decir, que los intercambios solo favorecen la extracción de las materias primas y nada más, esto como extensión del colonialismo. Israel vende el doble de lo que le compra a la región, no obstante, las compras israelíes son mayoritariamente de materia prima y, sin embargo, las ventas se basan primordialmente en el campo de la tecnología y productos industrializados.

Las exportaciones de Israel a Latinoamérica duplican las importaciones. El incremento de intercambio comercial entre Israel y Latinoamérica se encuentra sostenido por los acuerdos de libre comercio firmados con la región. Colombia firmó un Tratado de Libre Comercio (TLC) en junio de 2013, el cual fue ratificado por el Congreso de la República en junio de 2017. El acuerdo incluye que el 100% del intercambio comercial en ambos países para el año 2024 esté libre de tasas aduaneras. El bloque MERCOSUR integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay firmó un TLC en 2004. México e Israel tienen un TLC desde el año 2000; en 2017 se acordó actualizarlo a pesar de las desavenencias entre ambos países por el apoyo israelí al muro de separación con la frontera de EE.UU. En mayo de 2018, Panamá e Israel firmaron un TLC, es el primero con un país de esta región.

Del total de las exportaciones israelí en el año 2016 a la región, más de un 25% corresponden a ventas de material bélico, U$S550 millones de dólares. En algunos casos este porcentaje se incrementa en forma muy importante, en el año 2010 las importaciones colombianas de material bélico israelí llegaron a representar el 49,6% del total.

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Otra de las grandes empresas que suplen de material de guerra a América Latina es IMI Systems, que hasta hace poco se llamaba Israel Military Industries. Esta empresa que nació hace más de 8 décadas, ha estado profundamente relacionada con la violencia a lo largo de la historia reciente de América Latina: proveyó de armas a la dictadura de Somoza en Nicaragua, durante la dictadura de Argentina este país fue el segundo cliente de compras de armas, luego de África del Sur. En el caso de El Salvador dotó un 83% de las armas compradas por la dictadura, y no solo proveyó al gobierno de Colombia con armas dentro del largo conflicto armado, sino que además le vendió en 1994 la patente de fabricación del Galil y de otras partes para armas.

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También participa en las ventas en América Latina la compañia ISDS, fundada en 1982 por el ex-agente de la Mossad Leo Gleser, quien es un ex coronel de la Unidad de Antiterrorismo Especial del ejército israelí. Esta empresa mantuvo relaciones comerciales con los militares durante la dictadura de Guatemala en 1985; prestó servicios que incluían: escuadrones, vigilancia electrónica y recolección de informaciones, venta de armas helicópteros y aviones. También mantuvo participación en Honduras entre 1981 y 1984, en El Salvador en la guerra contra las guerrillas, en la formación de Contras en Nicaragua, y mantuvo operaciones en México, Perú y Ecuador.

El periodista Yossi Melman explica cómo llega este tipo de empresas a obtener estos contratos: “En Israel el sistema trabaja de la siguiente forma: El Ministerio de Defensa, el Ministerio de Exteriores o la Mossad reciben peticiones para proveer consejos de seguridad, entrenamiento de ejércitos o servicios de seguridad privada para los gobiernos de ciertos Estados, usualmente tiranos. Como las autoridades no pueden, o no quieren, asistir a esos gobiernos de forma directa, pero ven la petición como importante para promover la seguridad o los intereses del país, le piden a compañías privadas que provean los servicios que fueron solicitados”.

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Otra empresa de seguridad que presta servicios a empresas mineras en Guatemala es el Grupo Golan, el cual estuvo involucrado en el asesinato en el 2005 de un comunero en el departamento de San Marcos. Este asesinato se dio en un contexto de organización de las comunidades locales en contra de un proyecto de extracción de oro; y ocurre luego de serias protestas contra la empresa Glamis Gold a principios del año. Durante una protesta contra Glamis Gold en enero del 2005 otro manifestante fue asesinado por las fuerzas del gobierno de Guatemala. Hasta la fecha nadie ha sido detenido por las autoridades y el asesinato perpetrado por empleados de la empresa de seguridad, sigue en la impunidad. El Grupo Golan fue fundado por ex oficiales de las Fuerzas Especiales israelíes y cuenta con más de 3.500 empleados en siete países.

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Este caso es un claro ejemplo del vínculo directo entre las empresas extractivistas presentes en América Latina y las empresas de seguridad civil israelíes. En este caso es fácil demostrar la participación de empresas israelíes en la represión de poblaciones latinoamericanas, especialmente aquellas que se oponen a proyectos extractivistas u otras empresas multinacionales.

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Otras empresas de seguridad privada en América Latina son: Crow Electronic Engineering, Fms Enterprises Migun, Gsn Electronic Company, Ituran Location and Control, Pima Electronic Systems, Risco Group, Kp Electronic Systems, Otot Electronics.

Todas estas empresas comparten el proveer tecnología, actividad que nació gracias a la necesidad de controlar milimétricamente la vida civil palestina y ello se logró gracias a la utilización de cámaras, sistemas biométricos civiles, circuitos cerrados de seguridad y de monitoreo satelital. Este sería entonces uno de los casos de traspaso de tecnología del sector militar al civil más exitoso, que nació a gracias a la ocupación israelí y que en su aplicación masiva podría tener consecuencias similares a la del control total de la población palestina: restricción en libertades individuales justificadas en el paradigma de la seguridad.

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Ya no es un secreto que muchos de los miembros de la unidad de inteligencia del ejército israelí denominada Ocho Doscientos (8200), así como de otras unidades de inteligencia militar del Estado Israelí, han utilizado las habilidades ganadas durante su estadía allí para fundar empresas de ciberseguridad y espionaje. Varias de estas empresas, y otras que nacieron en medio del estímulo dado por este negocio reciente, han aprovechado la demanda que desde nuestro continente se hace de estos productos. El sector de la inteligencia del Estado en América Latina se ha fortalecido en las últimas décadas con la tecnología importada desde Israel, especialmente con tecnología utilizada para la interceptación de comunicaciones y el software necesario para el procesamiento de la información recopilada.

En América Latina estos sistemas de interceptación han sido aplicados por agencias de seguridad estatal con programas como Pegasus en México y Puma en Colombia.

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Ha habido numerosas acusaciones del derrocado presidente de Honduras, altos funcionarios, periodistas, organizaciones de Derechos Humanos y activistas, que apuntan a la participación de Israel en el golpe de Estado de Honduras del 2009. Tales acusaciones justifican una investigación más a profundidad considerando pasadas intervenciones de Israel en la región y las prácticas de las empresas israelíes vinculadas con el sector de seguridad y defensa que hemos descrito en este informe.

Además, varios individuos y empresas han sido nombrados como participantes en el golpe. Entre ellos está Yehuda Leitner, un ex oficial del ejército israelí, que tiene un historial de participación en el comercio de armas en América Latina. Leitner estuvo involucrado en el comercio de armas, en particular para los Contras, y ayudó a organizar los envíos de armas a los Contras en 1984. Leiter trabajó con Emil Saada, otro israelí, que organizó el suministro de armas israelíes a los Contras. En ese período, estaba empleado por la “International Security and Defense Systems” (ISDS), una empresa de seguridad israelí que entrenó a los Contras.

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El medio Virginia Bolten publicó información de sobreprecios en contrataciones de formación para aparatos represivos del Estado, así como dudosas formas de contratación. Se detalla quienes son las dos personas que comercializan armas y capacitación en Argentina.

Sergio Szpolski fue dueño, durante gran parte del gobierno kirchnerista, del Grupo 23, un multimedio con periódicos y radios entre ellos, Tiempo Argentino, El Argentino, Radio América, FM Vorterix, y el canal CN23. Durante este periodo, recibió de pauta oficial más de $800 millones. En diciembre de 2016, el Grupo 23 dejó de pagar sueldos e indemnizaciones dejando cientos de personas trabajadoras en la calle.

En mayo de 2015, Szpolski fundó la empresa Durby S.A. dedicada a la custodia, seguridad y vigilancia de personas, mercaderías y bienes, traslado de valores, y servicios autorizados por leyes, agencias de investigaciones y de seguridad privada. La dirección es la misma que declaró Szpolski en otras empresas. Esta empresa, creada en Tel Aviv en 2002, generó fuertes lazos con la empresa SLS Consulting & Training, la cual realizó capacitaciones en la Provincia de Buenos Aires.

Una investigación del diario PERFIL informó sobre una empresa de Szpolski que realizó cursos de seguridad para el aparato represivo del Estado en la Provincia de Buenos Aires. La capacitación consistió en Tiro con Pistola, Maniobras Sorpresa, Disparos a larga Distancia e Interrogatorio a Sospechosos. PERFIL accedió a un informe nacional donde se informa que los servicios tuvieron “un sobrecosto de aproximadamente U$S 200 Mil”. Cristian Ritondo, Ministro de Seguridad, confirmó que el curso se realizó pero que “no se pagó nada”. El informe secreto detalla que la compañía se estableció en 2015 y que “el propietario es el señor Sergio Bartolomé Szpolski, con Shmaya Avieli, ex director de Sibat”.

Mario Montoto, ex-militante de la organización política Montoneros y quien fuera secretario de Mario Firmenich, con manejos camaleónicos hoy es uno de los empresarios detrás de la venta de armas y sistemas de control israelíes a Argentina. Montoto posee la empresa CODESUR (Corporación para la Defensa del Sur) quien representa o se encuentra vinculada a empresas israelíes- Aeronautics, Azimut Israel, Metax y a las subsidiarias de Elbit llamadas Saymar y Soltam. Montoto también tiene participación en la prensa con el medio DEF –dedicado a medio ambiente y defensa– y posee la editorial TAEDA. TAEDA, en sus 10 años, publicó un saludo de Shimon Peres (ex primer ministro de Israel, ex presidente de Israel y premio nobel de la paz) a Mario Montoto sobre “Aportes a la Paz del Mundo”.

Patricia Bullrich, Ministra de Seguridad, firmó acuerdos de compras de armas a Israel por decenas de millones de dólares. Entre las compras se encuentran 4 lanchas equipadas con cañones Typhoon y sistemas de vigilancia y monitoreo para el norte del país, estos compras se encuentran en los expedientes CUDAP: EXP-SEG: 0008170/2016 y CUDAP:EXP- SEG:0000429/2016 de diciembre de 2016. El intermediario fue Montoto, quien también es el Presidente la Cámara de Comercio Argentina-Israelí. La cámara que nuclea a los astilleros de Argentina, indicó que el precio de producir las lanchas en Argentina hubiera sido un 50% menor.

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Además de los intercambios comerciales en materia de productos y tecnologías militares, de seguridad civil, y de ciberseguridad e inteligencia entre Israel y América Latina, el militarismo israelí llega a América Latina por medio de intercambios de saberes. Esto quiere decir que Israel, por medio de diferentes mecanismos e instancias, logra impartir su modo de ver y actuar en el mundo por medio de la mentalidad militarista. Algunas de las formas en que esto se lleva a cabo son los convenios y acuerdos entre los Estados de América Latina y el Estado de Israel, los contratos entre los Estados de América Latina y empresas privadas israelíes y las empresas privadas no israelíes que se benefician del apartheid, las asesorías por parte de ex-militares israelíes (esto se exploró en un capítulo previo), las distintas capacitaciones y cursos que se realizan por medio de la Agencia de cooperación internacional Mashav, y la participación en el ejército israelí, entre otros mecanismos e instancias.

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En Colombia se instauró el Grupo Bilateral de Trabajo, Diálogo Político–Militar entre gobierno de este país y el de Israel, “un mecanismo que desde el 2003 ha permitido trabajar en temas como rehabilitación de heridos en combate, educación militar, ciberseguridad, protección de infraestructura crítica, e investigación y desarrollo conjunto”. Según el ministro de Defensa en el 2012, “la idea no solo es intercambiar conocimiento y tecnología, sino también información de inteligencia y doctrinas, así como posibilidades de seguir desarrollando capacidades de intereses mutuos”.

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En Argentina, las fuerzas de seguridad de presidencia se capacitaron con las fuerzas de Israel, al parecer en función de los las protestas contra las políticas de ajuste de Mauricio Macri. En 2017 fue la a primera visita de un Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien se encuentra juzgado en Argentina por crímenes de guerra y delitos de lesa humanidad. Durante esta visita oficial firmaron con el gobierno argentino cuatro acuerdos, uno de ellos en materia de seguridad. Un acuerdo de seguridad pública cuyo objetivo es profundizar y mejorar la cooperación entre la policía y otras autoridades de los dos países para frustrar y descubrir los delitos y para identificar a sus autores principalmente a través del intercambio de información estratégica y operacional como por medio de la cooperación directa entre los organismos autorizados a todos los niveles.

Como resultado de esto, el gobierno nacional firmó en septiembre de 2017 un convenio de Cooperación en Asuntos de Seguridad Pública e Interior. También en varias provincias se tiene evidencia de dichos viajes de formación, como en la Provincia de Buenos Aires, Tucumán, Salta, San Juan y Santa Fe. Asimismo se identificaron acuerdos municipales del mismo tipo en Zárate, San Pedro y San Nicolás y Rojas. La experiencia ganada en estas capacitaciones permitió que la policía argentina dictara cursos de tiro y supervivencia a la policía uruguaya, transmitiendo lo aprendido en Israel.

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Si bien, gran parte de los discursos y los procesos que acompañan la lucha contra el terrorismo y el narcotráfico, enmarcados en la doctrina de la seguridad nacional, son promovidos por los Estados Unidos, las ventas de productos y tecnologías, así como las capacitaciones de distintos actores israelíes, son los que permiten su implementación. La frontera entre Estados Unidos y México es un excelente ejemplo de esta realidad, ilustrada por la profunda participación de empresas israelíes como Elbit Systems y Magal, en la militarización de este territorio.

La militarización de la frontera entre Estados Unidos y México también ilustra que la doctrina de seguridad nacional, especialmente por sus discursos anti-terroristas y anti- narcotráfico, es una doctrina racista. Los discursos antiterrorismo y antinarcotráfico criminalizan poblaciones enteras partiendo del prejuicio que todos los latinos son por esencia narcotraficantes o que todos los afrodescendientes son adictos. De esta manera, bajo argumentos racistas se militariza cada vez la frontera sur de Estados Unidos, y con ello, empresas israelíes ganan cada vez más contratos por montos más elevados.

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Una de las conclusiones tentativas que se propone, es que el militarismo israelí en América Latina ha podido venderse gracias a la promoción de la idea que la Seguridad Nacional no solo debe ser una prioridad para los países latinoamericanos, sino que además las armas probadas en terreno, dan cuenta de la efectividad y calidad que tienen como vendedores.

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El segundo paradigma que orienta la venta de bienes y servicios militares israelíes en América Latina tiene que ver con una doctrina de control total de la población. Las personas que estudian el militarismo en el mundo, muchas veces llegan a la conclusión que mientras las armas y los tanques son el lado visible de la militarización, lo que está detrás de todo eso es una mentalidad militarizada que empieza a ver el mundo como un lugar peligroso y a las personas como una amenaza. Si bien esto responde a la doctrina de la seguridad nacional, en el caso de los discursos alrededor de un enemigo interno, esta mentalidad empieza a adquirir un aspecto particularmente perverso: la idea que debemos proteger a la sociedad civil, es reemplazada por la idea que debemos controlar a la población civil ya que es esta la que supone una amenaza y un peligro.

Israel tiene una posición bastante interesante dentro de esta dinámica. Al ser una fuerza ocupante y colonial, las personas palestinas no sólo son un enemigo externo. Israel es el Estado que controla militar y políticamente la totalidad del territorio palestino, sin mencionar que el pueblo palestino constituye el 20% de los ciudadanos israelíes. Esto ha promovido que el Estado de Israel desarrolle tecnologías que facilitan el control total de la población palestina. En América Latina, esa tecnología se importa y se implementa para combatir a los oponentes locales de los proyectos políticos y económicos de los Estados latinoamericanos, es decir, que se utilizan para reprimir a los movimientos sociales y políticos de la región, asumiendo a la totalidad de la población civil como enemigo interno.

Aunque no es nada nuevo que la policía busque controlar a la población en lugar de protegerla, la distinción entre la defensa externa y la seguridad interna se vuelve cada vez más difusa. Las dinámicas de las fuerzas militares y la seguridad militar se distinguen cada vez menos de las de las fuerzas policiales y la seguridad civil. El militarismo israelí juega un papel importante en impulsar esta tendencia. Al vender productos y tecnologías militares, de ciberseguridad e inteligencia a los Estados latinoamericanos, y al establecer mecanismos de cooperación que incluyen capacitaciones, contribuyen a la creciente militarización de las fuerzas policiales.

El uso de servicios con tecnología de punta, pensados para reducir la utilización de personal, tiene el efecto adicional de invisibilizar la vigilancia y el control de la población que se está llevando a cabo. Cada vez es más difícil saber quién, cómo, cuándo y dónde nos están mirando y escuchando. Entre más se invisibiliza, más se naturaliza y menos se cuestiona. Pero al mismo tiempo, se muestra fuerzas militares en las calles patrullando o haciendo asaltos nocturnos, arrestos, haciéndose sentir. Así como se hace en Palestina, también se enseña a hacerlo en las Favelas de Rio de Janeiro. Cámaras vigilando y unidades tácticas armadas aterrorizando.

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Como hemos visto a lo largo del informe, los gastos que hacen los Estados y entes privados latinoamericanos en el militarismo israelí, rebasan los millones de dólares anuales. En principio, los gastos que hacen empresas públicas como IAI o Rafael, ingresan directamente a las arcas del Estado y no hace falta explicar mayormente como esto fortalece el militarismo del Estado israelí; sin embargo, si es pertinente recordar que el militarismo no existe como algo suelto, sino que es la pieza central del apartheid construido por el Estado Israelí contra el pueblo palestino. Fue el militarismo el que garantizó La Nakba (el gran desplazamiento de la población palestina en 1948), lo que permitió la colonización de las tierras palestinas y sostiene el status que garantiza derechos privilegiados para una parte de la población israelí y derechos restringidos para la totalidad de la población palestina.

Pero no solo las empresas públicas facilitan esto, el papel de las empresas privadas es central también en la construcción de este militarismo. No solo tiene que ver con que una parte de sus ganancias va al Estado en forma de impuestos, pues como se ha mostrado previamente, su responsabilidad va más allá: suplen al ejército israelí de herramientas y desarrollan nuevas tecnologías aplicadas, violando los derechos humanos de los palestinos.

Por eso es que podemos hablar del complejo militar israelí, como resultado de esa relación simbiótica de las empresas públicas y privadas para el mantenimiento y desarrollo constante de la maquinaria de guerra. Y este complejo no solo es un motor de la guerra, al tener una participación creciente en la economía, es también motor de nuevos empleos y de consumo que estimula a las empresas civiles. El militarismo no sólo garantiza el control colonial de Israel sobre los Territorios Ocupados Palestinos, sino que da el dinero para que otros sectores dentro de la economía israelí puedan mantenerse. En ese sentido, las ventas en América Latina están dando un nuevo sustento no solo a la ocupación militar sino a la totalidad del régimen colonial y de apartheid israelí. Las relaciones establecidas con el Estado de Israel, que permiten estas ventas, terminan siendo una forma de apoyo a un estado violador del Derecho Internacional.

Es por esto que este informe busca denunciar no solo los riesgos para las comunidades latinoamericanas de la importación del militarismo israelí, sino alertar sobre este consumo que en la práctica estimula la violación de derechos humanos contra las y los palestinos.

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La apuesta por el embargo militar a Israel

En 2011 el Comité Nacional palestino del BDS, espacio que lidera el movimiento global, emitió un llamado para un embargo militar integral contra Israel. La convocatoria insta a todas las personas de conciencia, movimientos y organizaciones de todo el mundo a trabajar para lograr un embargo militar obligatorio e integral contra Israel y presionar a los gobiernos, organismos multilaterales, la Organización de Naciones, así como a las empresas e instituciones privadas y públicas para que pongan fin a todos los lazos con Israel.

Un embargo militar es una sanción estatal que prohíbe los lazos militares. Para el movimiento BDS constituye una herramienta crucial para socavar la capacidad de Israel de continuar con la expulsión de las personas palestinas durante 70 años y con el brutal régimen militar de más de 50 años sobre ellas mismas.

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Los gobiernos locales y federales, instituciones públicas, empresas privadas y universidades de todo el mundo mantienen, directa o indirectamente, vínculos militares y de ‘seguridad’ con Israel y, por lo tanto, forman parte de una red de complicidad con las guerras y el apartheid israelí, y a menudo usan a Israel como laboratorio global de represión.

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¿Por qué el embargo militar es central para el movimiento BDS?

El trabajo hacia un embargo militar apunta no solo a los pilares de la economía de guerra de Israel, sino también a algunos de los aspectos fundamentales del marco ideológico del apartheid israelí.

Desde su establecimiento, con la destrucción de más de 500 ciudades, pueblos y comunidades palestinas y la expulsión del 75% de las y los palestinos que vivían en lo que se convertiría en Israel durante la ‘Nakba’, Israel está esencialmente construido sobre la base de la guerra, la opresión y la represión, y sigue prosperando a partir de ellas.

Como dice Tariq Dana, “el fundamento ideológico del estado sionista abarcaba intrínsecamente la proeza militar y la supremacía, fomentada por una cultura del militarismo y un sector comercial militarizado altamente rentable. Gran parte de la prosperidad económica de Israel se debe a que su complejo industrial militar es un nodo clave en los conflictos regionales e internacionales. A su vez, la promoción global de la economía de guerra de Israel se basa principalmente en la transformación de Cisjordania ocupada y Gaza en un campo de pruebas para hardware militar, tecnologías de vigilancia y armas no convencionales”.

Desarrollar una campaña efectiva en el marco del llamado a un embargo militar implica que creemos conciencia sobre el hecho que los supuestos básicos israelíes de la sociedad y la política se basan intrínsecamente en el militarismo, el uso de la fuerza y la opresión, desde el mismo establecimiento de Israel hasta hoy.

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Este entendimiento hace evidente que lo que está ocurriendo en los Territorios Ocupados Palestinos no es un “conflicto entre dos lados iguales” y que la solución no puede estar en más iniciativas para un “mejor entendimiento entre las personas”, “medidas de fomento de la confianza” o paradigmas de “seguridad” de varios géneros. El camino a seguir debe basarse inevitablemente en cambiar el paradigma y garantizar que los derechos humanos, incluido el derecho a la autodeterminación del pueblo palestino y el derecho a la igualdad, se conviertan en el valor central para medir a los actores involucrados y los pasos propuestos adelante.

Una vez que comprendemos la esencia misma del régimen israelí basado en el colonialismo, el apartheid y la ocupación – lo que necesariamente produce la aceptación de un estado de guerra, opresión y represión en curso – comprendemos también la estructura y el impacto de sus exportaciones.

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Promover la paz en lugar de financiar la guerra y el apartheid. Este mensaje básico del llamado a un embargo militar condensa la esencia del llamado al Boicot, las Desinversiones y las Sanciones. Si queremos una paz justa en los Territorios Ocupados Palestinos y la región, no podemos apoyar a los que se benefician de las guerras y la represión. Es una demanda básica con la cual es difícil de estar en desacuerdo.

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La industria militar y de “seguridad” es un componente central de la economía israelí y asegura la sostenibilidad de sus agresiones y ocupaciones militares: de acuerdo al ex ministro de Defensa de Israel Ehud Barak, 150.000 hogares israelíes – o alrededor del 10% de la población – dependen económicamente de la industria de las armas. Israel es uno de los mayores exportadores de armas del mundo: hasta el 80% de la producción militar de Israel se exporta, y representa al menos el 14% de todas las exportaciones. La mayor parte se vende al Sur Global. Israel en 2016 ha otorgado licencias a 6.800 proveedores de servicios de armas y seguridad, convirtiéndola en la industria más grande de Israel. Esto todavía no cuenta con el sector de alta tecnología, que depende en gran medida de la comercialización de la inteligencia y la investigación y aplicaciones militares. El sector de seguridad privada israelí es uno de los de mayor crecimiento en la economía israelí.

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El trabajo hacia un embargo militar es una campaña que permite una amplia e intensa alianza entre movimientos y, en muchos casos, muestra directamente que los lazos con Israel no solo son malos para el pueblo palestino, sino que también son malos para las personas en el resto del mundo.

Israel exporta su despiadado modelo de securitización y represión militarizada al mundo. Por ejemplo:

* Israel ha vendido armas a varios regímenes acusados de genocidio, incluido Myanmar, en su persecución de los rohingya o ruandeses durante el genocidio.

* Las compañías de seguridad y militares israelíes venden su experiencia militar a dictaduras en Asia y África, a menudo a ambos lados involucrados en una guerra civil.

* Israel está profundamente involucrado en la capacitación y armado de escuadrones de la muerte en América Latina.

* La policía israelí y las compañías de seguridad han entrenado a la fuerza policial que mató a Michael Brown en Ferguson, a la infame policía especial del BOPE de Río que lleva a cabo ejecuciones extrajudiciales, y muchas otras fuerzas policiales en todo el mundo, incluso en Los Ángeles y Londres.

* Elbit Systems y Israeli  Aerospace Industries promueven la tecnología desarrollada originalmente para su uso en el muro de Israel y para los contratos con el muro de la muerte de los Estados Unidos contra los migrantes mexicanos y centroamericanos.

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Con el surgimiento de gobiernos de extrema derecha, represivos, xenófobos y neofascistas en todo el mundo, como respuesta a una crisis en curso de acumulación capitalista y la incapacidad de las políticas (neo) liberales para responder a ella, Israel no solo exporta a los ejércitos y entrega armas en lugares de guerra. La distinción entre “civil” y “militar”, sancionada después de la Primera Guerra Mundial, se ha erosionado lenta pero eficazmente después del final de la Guerra Fría. Hoy todos somos objetivos en una plétora cada vez mayor de guerras contra las drogas, el terror y más. Cuando el Ministro de Defensa de Israel, Lieberman, declara que “no hay gente inocente en Gaza”, esto se hace eco en las favelas de Brasil, donde cada persona negra asesinada se convierte en un “narcotraficante” según el discurso oficial, o en el campo colombiano donde todos los granjeros que defienden su sustento se convierten en “terroristas”, y en la frontera con Estados Unidos donde los migrantes se convierten en ‘animales’.

Dentro de este marco global cada vez se abren más mercados para la ‘experiencia’ israelí, desarrollada en el laboratorio que es la actual Nakba contra el pueblo palestino.

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Todo los estudiantes que pueden ver sus conocimientos y universidades involucrados con la tecnología militar israelí o paradigmas de seguridad, defensores de los derechos humanos que pueden ser vigilados o reprimidos con métodos y tecnologías israelíes y todos y cada uno de los contribuyentes que ven su dinero público gastado para alimentar el complejo militar y de seguridad israelí, en algún momento de sus vidas y luchas se enfrentarán a los paradigmas, las metodologías y las tecnologías de Israel. Por lo tanto, es importante construir luchas colectivas para detener su proliferación en todo el mundo.

El llamado a un embargo militar y el fin de los lazos militares y de seguridad no es solo un esfuerzo de solidaridad con el pueblo palestino, es esencialmente un esfuerzo de defensa propia y una lucha colectiva para mantener los valores básicos que todos compartimos.

Se puede leer el libro completo en:

https ://bdscolombia.org/wp-content/uploads/2018/11/El-militarismo-israel-en-Am%C3%A9rica-Latina.pdf