Hace un buen tiempo en la plataforma de mastodon una compa de Bolivia hizo notar una tontería de la televisión peruana, en específico el programa “sucedió en el Perú”. La tontería era el uso abusivo de una fotografía del “Sindicato de Culinarias de la Paz” (1937),encabezadas por Petronila Infantes y Rosa R. Calderón
El reclamo de la compa fue así:[sobre la fotografía]: “es expuesta cuando se habla de la participación de Miguelina Acosta Cárdenas en las causas de los indígenas-yanaconas (32:32 min) y sobre la presencia femenina en las federaciones campesinas y las organizaciones barriales de los 70`s en Perù (33:51 min… Las paceñas aparecen justo cuando se menciona a los comedores populares limeños y luego la imagen de una dirigenta de izquierda de un distrito de allá).”
La reflexión de la compa de Bolivia hizo que reconociéramos que hay una moda ultra superficial de reivindicación de las mujeres, esto no exime a las anarquistas como Miguelina Acosta. Tanto es asì, que en la actualidad también existe una biblioteca con el nombre de Miguelina en Lima dirigida por gente de izquierda con algunos antecedentes de funa (si, las funas no solo son en espacios heteros!), todo esto hace explicito el fondo de aquella moda, el cual es evitar crear un contenido confrontacional al patriarcado, al contrario es una postura de asimilación al estatus quo político, social y económico.
Y los vemos así en las últimas manifestaciones del 8 m que se han realizado en nuestro
territorio, pasacalles que le ha dado la espalda a la diversas problemáticas que sufrimos. A pesar que muchas compañeras reconocen la interseccionalidad, estas desprecian pensar más allá de la caricatura qué hace la prensa patriarcal (“machismo” o “misoginia” la denominan de forma amarillista y coyuntural). Y aunque les duela reconocerlo, existe un pacto infame entre los medios de comunicación, los partidos políticos y el empresariado para afirmar que la cuestión del patriarcado, y en consecuencia de su existencia, es un problema que se limita al cambio a través de las leyes (bajo esa lógica las movilizaciones se limitarían a cuestiones netamente politiqueras, y además estarían subordinado a los vaivenes políticos. Es decir,si un día tienen un gobierno progresista al siguiente tiene un gobierno del opus dei, y no hay roches!).
Un ejemplo de las limitaciones que tenemos en el ámbito legal es que es un arma
de doble filo, recordemos como le han ido a las compas que han funado a través de
las redes sociales a diferentes autoridades políticas, intelectuales y a hasta de la misma izquierda progresista (vean el caso Castillo Butters, el cual ha hecho un precedente para que la funa cueste nuestra libertad, es decir te vas a cana gracias al sistema judicial querido por los “republicanos”, “demócratas”, “progresistas” y fachos).
También debemos recordar las últimas rupturas dentro de la movida feminista, unas rupturas muy parecidas a las que ocurrió en la comunidad LGTBQ+. Como indicamos anteriormente la interseccionalidad es una simple etiqueta para muchas feministas, porque no la asumen o sus reflexiones no giran en torno a las problemáticas de sexo, etnia, raza, género,especie y edad. Así, por ejemplo en la campaña política del 2021 se vio una ruptura a consecuencia del racismo encaletado de muchas activistas y por otra parte una visión idealizada de una izquierda ultraconservadora por parte de ciertas compañeras politiqueras. Y así llegamos al panorama actual, en un emergente estallido social antiautoritaria con compañeras divididas por cuestiones que nunca fueron debatidas a su tiempo, sobretodo cuando ya se estaban infiltrando en el movimiento feminista.
El discurso convencional que se asumió, buscó generar adhesiones diversas (una alianza con el diablo) y metió al movimiento en una encrucijada (ser devoradas por el capitalismo o ser instrumentalizada por las fuerzas políticas). Mientras que las ong´s, partiduchos y oportunistas, firmaban el pacto, otras compañeras sufrían los golpes asesinos del Patriarcado. Piensan algunas que con lo legal se podrá confrontar al Patriarcado, olvidándose de la alianza histórica de esta con el Estado y el Capital.
Estos discursos moderados solo han ocasionado que surjan colectivas feministas supuestamente «rebeldes», como el de las izquierdas «progresistas» o el de las repugnantes terfas-radfem. Ambas posturas no han generado absolutamente nada, a pesar de asumirse como «radicales». Quizàs sus «performances» en las calles molestè a algunos conservas pero en el fondo no confrontan al patriarcado (sobretodo las terfas que son caja de resonancia de pseudo ciencia y de ideas dogmaticas financiadas por organizaciones de extrema derecha).
Hemos visto que muchas compañeras omiten al antiespecismo, pero asumen el anticapitalismo, o que asumen que el enemigo es el patriarcado mas no aceptan que existe un cisheteropatriarcado, en otro extremo compañeras que se dicen antiracistas pero que han tenido un comportamiento repulsivo frente a el emergente estallido que estamos viendo (donde la gente asesinada son nuestras compas campesinas). Esto es a consecuencia de la poca seriedad con la interseccionalidad. Ni que decir de las siempre olvidadas compañeras neurodivergentes, o de las ancianidades. Asì, cuando se les da la espalda a las compañeras que no tienen influencia o privilegios (sea: trabajadoras, informales, sin hogar,prostitutas,campesinas de anexos,etc.) el feminismo se vuelve una simple etiqueta individualista.
Como anarcofeministas siempre hemos propuesto la acciòn directa frente a la organizaciòn intelectualoide u oenegera, no creemos que el fin de la lucha sea consignas legalistas, mas bien estas refuerzan la opresiòn del estado y el capital, al contrario seguimos creyendo que luchar contra el «Patriarcado» es confrontar a sus distintos aliados. Tampoco esperamos sus èxitos «politicos», al contrario nos organizamos para resistir en el presente: ya sea en ollas comunes, en conformar clìnicas aborteras, proyectos de alimentaciòn vegana, talleres sobre neurodivergencia y abusos en la atenciòn primaria, pedagogia feminista critica, conversatorios sobre ecofeminismo y antimilitarismo, etc.
Como antifascistas, creemos que existe un galopante conservadurismo que desea imponer un totalitarismo religioso o una teocracia. Entonces, lo ùnico que nos quedà es resisitir, enfrentarlas o caer frente aquella maquinaria fascista que en distintas regiones esta siendo impulsada por los poderes economicos, politicos del status quo capitalista. {esta}
No hay que desfallecer. Urge sororidad, apoyo mutuo y aciones directas para confrontar a los fachas de esta regiòn.
Posdata: Miguelina Acosta se opuso al bolchevismo! Asi que safa con tu izquierdismo barato.
Tambien decimos:
Hacer le trans un chivo expiatorio es facista. Abajo las terfas izquierdistas conservadoras. El terfismo no es antifascista, es facismo encaletado.