Cierto, la sangre nos horroriza, pero si ha de verterse alguna, que se vierta la del malvado.
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Cuando la organización de los pretorianos hace imposible todo levantamiento popular, cuando el solo medio de acabar con la tiranía es eliminar al tirano ¿se le debe suprimir o se ha de soportar indefinidamente la opresión ignomiosa y brutal? ¿Vale tanto la vida del que no sabe respetar las ajenas?
(Manuel González Prada)
Con el puño cerrado, por la impotencia, vemos que la coalición autoritaria, tras su reordenación, ha impulsado a su títere genocida a centralizar el poder al parlamento y sacar adelante leyes de carácter dictatorial con el fin de sostenerse en el ejercicio del poder.
El llamado a la desobediencia de liberales, de rebelión por periodistas socialdemócratas y el apaciguamiento limeño, configuran el mapa en la capital y hacen explícito la desesperación por parte de aquellas personas que creyeron en este sistema de democracia «representativa».
Los trapos han sido lavados, quienes en estos 20 años de democracia han cometido los peores crímenes, siendo observados escépticamente por las leyes, ahora se presentan en traje elegante (con mejores sueldos y apañe estatal).
Aquellos infames de botas gruesas van rumbo a la ceremonia, la de entronar a la derecha extrema en palacio de gobierno y con ello volverse los perpetradores de los peores crímenes contra la humanidad (una especie de Shoa perucha).
Si el capitalismo tardío se removió por la pandemia, el reordenamiento hizo visible aquello que se denunciaba continuamente desde nuestras filas: militarismo, neo imperialismo, ecocidio, guerras, etnicidio, carnismo brutal, etc.
En ese sentido, lo que está sucediendo en nuestra región (genocidio, auspiciado por el empresariado, para endurecer el modelo económico e implantar una dictadura de extrema derecha) es un experimento que podría ser imitado, según conveniencia de los gringos, en las distintas regiones de LATAM.
Frente a este panorama la posible evolución de los peruchos sería: Impotencia, desesperanza, nihilismo infructuoso, sumisión y para finalmente ser espectadores de la tragedia llamada Perú.
Y esto no es ajeno a nuestrxs «militantes». El anarquismo peruano, despectivamente minúsculo (gracias a funados, funables, apañadores, sindicalistas dogmáticos e idiotas que se quieren hacer líderes de una competencia que no existe), está totalmente debilitado. Al borde de la desaparición, y con un escenario donde la opción radical es el etnofascismo de Antauro Humala.
Por eso hacemos un llamado a las diversas individualidades a hacer propaganda, a no descansar hasta ver a la genocida en un ataúd y el fujimorismo como pie de página en libros sobre corruptos, corruptores y perpetradores. Rompamos esa polarización ficticia y ofrezcamos un verbo nuevo y real… Anarquista.
Nuestra tarea es la de siempre: Guillotina para Dina Asesina, linchamiento para sus socios y destrucción total del fujimorismo y los ricos que la apañan!
Nunca te canses de propagar la anarquía!
Que no te amilane los rojos, moderados y ciudadanos que apagan la organización espontánea esperando el «momento»…
ODIO ETERNO A DINA GENOCIDA